Fiat Fastback: apunta alto
Este producto de la casa italiana busca ocupar el lugar de tope de gama de la marca en la región. Con la plataforma del Argo, se distingue por una carrocería de diseño llamativo que ofrece un baúl enorme. Un compacto que “quiere ser más”.
Qué necesita un auto para ocupar el lugar de “buque insignia” de una marca? Para Fiat, la respuesta es “estilo diferenciado”. Por lo menos, eso es lo que parece contestar con el Fastback.
Efectivamente, este modelo que atracó en nuestro mercado hace apenas un par de meses fue uno de los primeros de su segmento (el B) en mostrar esa silueta que, luego, se transformó en tendencia.
Básicos:
Velocidad máxima: 205,3 km/h / Potencia: 175 CV / Consumo promedio: 12,3 km/l / Precio: $ 34.194.000
Diseño/Aerodinámica (✭✭✭✭): Diseño rupturista: puede gustar o no, pero no pasa inadvertido. La insonorización no es la mejor.
Confort/Espacio interior (✭✭✭1/2): Amplio para cuatro y con un baúl enorme. Mucho plástico duro en el habitáculo.
Motor/Prestaciones (✭✭✭1/2): El T270 responde muy bien, con prestaciones destacadas y consumo elevado.
Los más: Diseño disruptivo • Capacidad del baúl • Habitabilidad para cuatro • Prestaciones.
Equipamiento/Instrumental (✭✭✭✭): La dotación es amplia. No obstante, tendría que agregar algunos otros elementos. Auxilio temporal.
Suspensiones/Dirección (✭✭✭1/2): Ambos ejes tienden al confort, pero el perfil de los neumáticos penaliza la comodidad de marcha en terrenos desparejos. La dirección, muy buena.
Transmisión/Caja (✭✭✭): La caja se mostró algo lenta en procesos de aceleración.
Los menos: Visibilidad por la luneta • Auxilio temporal • Sólo 4 airbags • Consumo urbano.
Seguridad/Frenos (✭✭✭1/2): Las asistencias a la conducción funcionan muy bien (aunque alguna es muy intrusiva), pero tiene sólo cuatro airbags y tambores en las ruedas traseras. Además, frena “un poquito largo”.
Precio/Garantía (✭✭✭): Está bien posicionado frente a sus rivales en un segmento caro. Garantía correcta.
Este producto de la marca italiana fue dado a conocer en formato conceptual en 2018 en el contexto del Salón de San Pablo (Brasil), ocasión en la que sorprendió a propios y extraños por su diseño.
Aprobado por el público y los medios especializados, el concept pasó rápidamente a la producción en serie para llegar a los mercados en dos versiones: una llamada Fastback “a secas” y otra con la firma de Abarth, que se diferencia de aquella por una decoración especial en la que aparece el emblema del escorpión.
Ya en la Argentina, la estrategia de Fiat para con este modelo es la misma que aplica en los otros países de la región: ubicarlo como el producto más encumbrado en la oferta, cubriendo con él un espacio en el cual desde hace tiempo la marca no tenía un representante.
Todos en uno
La base que le da sustento al Fastback es la misma que utilizan otros modelos de Fiat, todos derivados del Argo, como el Pulse y el Cronos.
Una mirada rápida del sector frontal delata ese parentesco. La trompa es muy parecida a la del Pulse, mientras que las zonas vidriadas se asemejan a las del Cronos. Incluso si miramos la vista lateral, la relación con el sedán que se fabrica en Córdoba es innegable: el Fastback luce como un Cronos con un despeje más pronunciado: 194 mm.
Pero también es más grande que el sedán: 63 mm en la longitud, 10 mm en la anchura (incluyendo los retrovisores y tomando como referencia la versión Precision del Cronos), 62 mm en la altura y 12 mm en la distancia entre ejes.
Claro que la curva suave que dibuja la parte trasera de la carrocería lo aparta claramente de aquel, detalle que en definitiva es el que le otorga la singularidad y el nombre: ese trazo en la carrocería es el que en el diccionario del diseño automotor corresponde a la definición de “fastback”.
También es importante destacar que esa llamativa carrocería encuentra un punto negativo en la reducida superficie de la luneta (limita la visión hacia atrás) y en la accesibilidad a las plazas traseras: es necesario inclinarse demasiado para ingresar.
Como el despeje es generoso, los bajos de la carrocería estarán a salvo al enfrentar rampas y lomos de burro. Sin embargo, ese detalle deja en evidencia un punto “flaco” desde el punto de vista del diseño: las ruedas de 18” con un perfil muy bajo (45) dan la impresión de que le quedan pequeñas a unos pasaruedas recorridos por protectores plásticos.
Seguramente nunca usaremos el Fastback para un circuito off-road, pero si tuviera que enfrentar algún terreno complicado, hay que tener en cuenta que el ángulo de ataque es de 20,5º, el de salida de 24,6º y el ventral de 21,5º.
Más allá de esos detalles, esa carrocería, que en apariencia ofrece una muy buena respuesta aerodinámica, genera bastante ruido en su contacto con el viento, sonido que se filtra al interior sin demasiado freno.
Siempre arriba
Esos ruidos de los que hablamos más arriba denotan alguna falencia en los materiales y en la aislación acústica, probablemente por la calidad de los burletes. Y se suman otros golpeteos de origen indefinido en sectores varios.
A ese detalle se agrega la gran cantidad de plástico duro que recorre el habitáculo, con algunas superficies cubiertas con un cuero “ecológico” como el que tapiza los asientos, pero no hay sectores “soft”.
Las butacas delanteras son amplias y la del conductor ofrece ajuste en altura, aunque siempre queda muy arriba, incluso si la ubicamos en la posición más baja,
Atrás, dos adultos de contextura media se ubicarán con comodidad, aunque aquellos que midan más de 1,80 m podrán encontrar cierta molestia a raíz de la caída del techo. La plaza central es más pequeña: quien la utilice acusará recibo de las intromisiones de la consola central y el falso túnel de transmisión.
Más atrás, el baúl: aquí, una de las principales características positivas que nacen de ese particular diseño de la parte trasera de la carrocería, ya que la capacidad de ese sector de carga es de 600 litros, el más grande de la categoría, volumen que se puede ampliar abatiendo los respaldos de los asientos traseros.
Para ser, hay que parecer
Por ser el modelo que Fiat ofrece como el más importante entre sus automóviles, el Fastback cuenta con un nivel de equipamiento importante. Entre los elementos de confort dispone de acceso “sin llave” y arranque/detención del motor por botón, climatizador automático con salidas traseras (y un único comando físico que se utiliza tanto para modificar la temperatura como para controlar la velocidad del ventilador, presionándolo para elegir la acción correspondiente), equipo de audio de muy buena calidad, pantalla táctil de 10,1” con conexión sin cable para celulares, cargador inalámbrico para teléfonos inteligentes y puertos USB, entre otros.
Sin embargo, no ofrece techo solar y la rueda de repuesto es de uso temporal.
En el rubro seguridad pasa algo parecido. Si bien dispone de varias asistencias a la conducción, como la de mantenimiento de carril (muy intrusivo) o el frenado autónomo de emergencia, no cuenta con alerta de punto ciego y la dotación de airbags está reducida a cuatro bolsas, ausencias llamativas para un producto que, como hemos manifestado, se ofrece como el más jerarquizado entre los autos de la marca italiana.
Más T270
La única motorización disponible para este modelo (incluso para la versión Abarth) es la turbo 270. Es un propulsor de cuatro cilindros de 1,3 litros que entrega 175 CV de potencia y 270 Nm (27,5 kgm) de torque máximo, disponibles a las 1.850 rpm y que son administrados por una caja automática de seis relaciones que lleva el par a las ruedas delanteras.
Ofrece una tecla en el volante (también levas) para activar la función Sport a través de la cual, además de modificar la grafía y el color del tablero (digital y con imprecisos indicadores de segmentos luminosos para la temperatura del líquido refrigerante y el nivel de combustible) se ajustan algunos de los parámetros de funcionamiento del motor para llevarlo a un comportamiento más “deportivo”.
No obstante, esos 175 “burros” no aparecen de forma contundente, aunque las prestaciones que medimos con nuestros aparatos hablan de una muy buena respuesta. Registramos una velocidad máxima de 205,3 km/h, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h fue de 8,3 segundos, ambas muy buenas para un modelo familiar.
Los números “cambian de color” cuando analizamos los consumos de combustible: los 8,6 km/l de rendimiento en el circuito urbano hablan de un gasto elevado. Lo mismo sucede con el promedio general: 12,3 km/l.
Cuando hacemos foco en el comportamiento dinámico de este modelo aparecen dos puntos previsibles (y extremos, podríamos decir): por un lado, el que nace del prejuicio que anuncia su carrocería elevada, y por otro el que surge a partir de las nuevas tecnologías con los sistemas de control. Es decir, la tendencia al balanceo que muestra la carrocería es mitigada por los equipos de los que dispone para eso.
El ajuste de las suspensiones (conjunto que se muestra mullido), también contribuye para alcanzar ese objetivo, pero no puede evitar que, por el bajísimo perfil de los neumáticos (45), se trasladen las imperfecciones del camino cuando circulamos por terrenos irregulares. Manejarlo en la ruta es muy placentero.
Tanto en el ámbito urbano como a velocidad, la dirección respondió muy bien, con un radio de giro correcto.
Y los frenos (a pesar de los tambores traseros) repitieron esa calificación: para frenar por completo desde 100 km/h recorrió 42 metros.
Y vale...
Al cierre de esta edición, el precio de lista del Fiat Fastback era de 34.194.000 pesos (y de $ 37.536.000 en el caso del Abarth), motivo por el cual está bien posicionado frente a sus rivales, considerados como tales aquellos que emplean motor turboalimentado y con potencias parecidas.
Siguiendo ese criterio, encontramos básicamente al Chevrolet Tracker, con motor de 132 CV, equipamiento más completo (suma techo solar, pero pantalla de 8” y alerta de punto ciego) y baúl más pequeño, que en la versión Premier se ofrece por 37.109.000 pesos; el Jeep Renegade, que en la variante Serie S equipa el mismo T270 pero está mejor equipado en confort (techo solar y climatizador bi-zona) y en seguridad (siete airbags y detector de punto ciego) y con un baúl de 315 litros, a un precio de venta de 37.899.000 pesos, y el Renault Duster Iconic, que dispone de 155 CV, detector de punto ciego, asistente de frenado de urgencia y sólo cuatro airbags, con un baúl de 475 litros y un precio de 32.060.000 pesos.
Hay más SUV con motores turbo (los nuevos Peugeot 2008, Citroën C3 Aircross y hasta el Volkswagen T-Cross), pero son menos potentes.
A partir de ahora, lo más alto de la oferta de Fiat en nuestro mercado tiene un representante, modelo que podrá ser admirado o rechazado por los compradores de SUV, pero que no pasará inadvertido.
Ficha técnica Fiat Fastback
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