A partir de hoy nada será igual. Los solos de guitarra ya no sonarán atrevidos, virtuosos, interminables. Esa contundencia inigualable, matizada por colores y brillos irrepetibles se ha apagado para siempre. Murió Edward Lodewijk “Eddie” Van Halen. La música está de luto.
La noticia se conoció a partir de un posteo de Instagram de su hijo, actual bajista de la banda, Wolfgang que escribió: "No puedo creer que tenga que escribir esto, pero mi padre, Edward Lodewijk Van Halen, ha perdido esta mañana su larga y ardua batalla contra el cáncer. Fue el mejor padre que pude pedir. Cada momento que he compartido con él dentro y fuera del escenario fue un regalo. Mi corazón está roto y creo que nunca me recupere por completo de esta pérdida. Te quiero mucho, papá".
Eddie Van Halen: músico y coleccionista
Eddie Van Halen fue un revolucionario de la guitarra eléctrica. Su talento marcó un punto de quiebre en el modo de ejecutar ese instrumento, -piedra basal de toda canción de rock- desde que en la década de 1970 formó junto con su hermano Alex y Mark Stone la banda que, luego de una primera etapa, sería conocida como Van Halen. Pocos años después se sumaron el bajista Michael Anthony y el vocalista David Lee Roth, que fueron la base más conocida de su historia.
Pero, además de ser un fuera de serie con la guitarra, Eddie era fanático de los autos, un gusto que supo recordar en sus creaciones musicales ya que en su repertorio Van Halen ha dedicado varias canciones a los autos. Panamá es, tal vez, la más recordada, y en la que entre los acordes se mezcla el sonido de un poderoso motor acelerando.
En los últimos años Eddie se fue desprendiendo de algunas unidades de su colección, sobre la cual haremos un repaso a modo de homenaje.
Eddie Van Halen: una colección variada
Es lógico suponer que este americano descendiente de holandeses fue amante de la mecánica de alta prestaciones desde joven. Muchas fotos de archivo lo muestran posando junto a productos muy especiales, como modelos americanos preparados o deportivos europeos.
En ese sentido es interesante ver que la de Van Halen era una colección muy variada. En ella se contaban unidades de todo tipo y origen: desde un Porsche 911 GT3 RS (con motor 4.0 puede acelerar de cero a 100 km/h en 3,3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 310 km/h), hasta una Chevy Nova de 1970 (personalizada por Bones Fab, con motor LSX 454 de 650 CV, suspensión mejorada y neumáticos de mayor tamaño), pasando por un camión Dodge de 1947 COE (también preparado por Bones Fab que lo dotó de un motor turbodiésel Ford 7.3 con mejoras en el radiador, la transmisión y la dirección) y una Ferrari 550.
Pero también guardaba en su garaje, otros dos Chevrolet (un 210 y una rural Nomad de 1956, ambos modificados), un Audi R8, un Mercedes-Benz ML63 AMG y un Lamborghini Miura de 1971 cuyo sonido (aseguran) es el que se escucha intercalado entre los acordes en aquella recordada canción estrenada en el disco 1984, uno de los más exitosos del grupo liderado por Eddie Van Halen.