La llegada del primer auto eléctrico a la Argentina tuvo como protagonista precisamente a Renault, compañía que en 2018 se anticipó con el Kangoo Z.E a la audaz propuesta de la marca china BAIC, que por entonces se prestaba a lanzar el EX260, cuyo paso por nuestro país fue tan insignificante como fugaz.
Básicos:
Velocidad máxima: 130 km/h (limitada) / Potencia: 48 kW (65 CV) / Rendimiento promedio: 4,7 km/kWh / Precio: $ 27.880.000
En este incipiente derrotero de la electromovilidad en nuestro mercado han ido apareciendo nuevos jugadores, pero a decir verdad, ninguno de perfil “popular” como promete ser el Kwid E-Tech. Actualmente hay modelos mucho más grandes y caros que el citycar de Renault, como el Nissan Leaf, el Mercedes-Benz EQA y el Audi e-Tron por citar algunos ejemplos, o bien mucho más pequeños y no aptos para circular por autopistas y rutas, como los diminutos de producción nacional Coradir Tito, Sero Electric y Volt E.
Por eso el arribo de este modelo de una marca generalista al segmento más pequeño del mercado puede significar la bisagra para que otras automotrices se animen a abrir la puerta y comiencen a ofrecer vehículos eléctricos de alcance más masivo en la Argentina.
Ahora bien ¿es verdaderamente un auto económico el Renault Kwid E-Tech? ¿Es real la autonomía que declara la marca? ¿Vale la pena pagar por lo que ofrece? A lo largo de esta nota trataremos de dar respuesta a todas las inquietudes que siempre despierta esta tecnología.
Casi el mismo
China es el mayor productor de vehículos eléctricos a nivel mundial y eso, lógicamente, atrae el interés de muchas marcas para establecer colaboraciones estratégicas. Es por eso que el nuevo Kwid E-Tech fue desarrollado en el gigante asiático por la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi en conjunto con la automotriz local Dongfeng, y el del rombo es uno de los tantos modelos que se producen sobre la plataforma CMFA-EV y a los que sólo se les modifica el emblema y algún detalle de la carrocería (práctica conocida como “Rebadged” en la jerga automotriz) habiendo de esta manera hermanos gemelos de este Kwid eléctrico en otros mercados con el logo de Dacia, Dongfeng y Venucia.
Los más: Diseño ● Confort de marcha ● Mejora en seguridad ● Dirección suave ● Despeje.
Respecto del modelo brasileño (naftero) que se dejó de vender en 2021 en la Argentina no hay mayores diferencias estructurales. La carrocería del eléctrico es apenas 5 cm más larga debido a los nuevos paragolpes (más voluminosos) y 3 cm más alta por la incorporación de barras en el techo, pero mantiene la misma distancia entre ejes de 2,42 metros y los 290 litros de capacidad del baúl.
Estéticamente tampoco hay mayores diferencias respecto del Kwid “a secas”, aunque cabe destacar que el E-Tech llega con el restyling que nunca se ofreció en nuestro mercado, signado por modernos faros rasgados de led, además de la parrilla ciega (propia de los autos eléctricos) que en este caso combina un color negro brillante con cromados que le aportan cierta distinción.
Los menos: Autonomía ● Carrocería inestable en ruta ● No viene con adaptador de carga ● Precio elevado ● Distancias de frenado.
Sobre los laterales y el portón trasero hay stickers y emblemas alusivos a esta variante eléctrica, que si bien conserva las llantas de acero con tazas embellecedoras bitono (muy bien disimuladas) ahora ofrece cuatro bulones y no tres como el criticado modelo de producción regional. La otra buena noticia es que dentro del baúl aloja una rueda de auxilio del mismo tamaño de las titulares (175/70 R14).
Ínfulas de mini SUV
El hecho de ser un vehículo eléctrico no implica que el Kwid E-Tech modifique su génesis. Fue creado para ser un producto accesible y en ese sentido la calidad general es la esperada en un vehículo de su clase: suena un ruido “latoso” al cerrar las puertas y hay abundancia de plásticos dentro del habitáculo, aunque, nobleza obliga, sí notamos mayor esmero en las terminaciones y encastres de algunas piezas respecto del modelo regional, incluso es mejor la percepción del nuevo volante, pese a que sólo ofrece comandos para el limitador de velocidad.
En términos de diseño es prácticamente idéntico a la versión con motor a combustión, a excepción del tablero de instrumentos que brinda información específica para un vehículo eléctrico, como medidor de consumo, autonomía y porcentaje de la carga de las baterías: lo curioso es que la limitada computadora de a bordo se manipula desde una perilla ubicada sobre el propio tablero.
También es diferente la selectora de cambios, que en este caso se sirve de un comando giratorio que llamativamente no tiene una posición para Parking: con las opciones D, R y N. Antes de apagar el motor luego de estacionar el vehículo es necesario seleccionar N y activar el freno de mano.
El ejemplo más notorio de su espíritu “low cost” es la ubicación de las teclas de los levantavidrios eléctricos delanteros, instaladas en la consola central, una resolución industrial que permite ahorrar en el tendido del cableado. Asimismo, sigue ofreciendo aire acondicionado manual.
A nivel conectividad no hubo mejoras. Mantiene la misma central multimedia “Media Evolution” con pantalla táctil de 7 pulgadas que utilizan desde hace varios años los Kangoo, Sandero y Logan fabricados en la Argentina, que permite espejar dispositivos móviles con sistemas Android Auto y Apple CarPlay mediante conexión por cable.
Sin regulación alguna de la columna de dirección y tampoco en altura de la butaca, la óptima posición de manejo dependerá mucho de la contextura de quien se ubique frente al volante: quienes superen los 1,80 metros deberán encorvarse ya que el asiento es de por sí elevado.
Lógicamente la habitabilidad trasera es bastante limitada: si bien hay generosa altura hasta el techo, el espacio para acomodar las piernas es ajustado. Los respaldos son enterizos y a diferencia del Kwid naftero, en el eléctrico hay sólo dos apoyacabezas y misma cantidad de cinturones. A propósito de la seguridad, vale resaltar que esta variante dispone de seis airbags, cuatro bolsas de aire más que las que ofrece el homónimo regional.
Ser urbano
La configuración mecánica del Kwid E-Tech que llega a la Argentina es la “más potente” de todas las disponibles a nivel mundial. El motor eléctrico delantero alimentado con baterías de 27 kWh de capacidad, tiene una potencia de 48 kW (65 CV) y entrega 113 Nm de par máximo (11,5 kgm).
Se trata de un vehículo con un claro enfoque citadino, ámbito donde se muestra ágil para partir de un semáforo (acelera de 0 a 50 km/h en 5,6 segundos) y muy divertido para maniobrar, gracias a la suavidad de la dirección eléctrica que además ofrece un buen radio de giro.
Un aspecto a tener en cuenta es que el Kwid E-Tech pesa 977 kilos (181 kg más que el naftero, en virtud del peso de las baterías). No obstante sigue siendo un auto muy liviano, que en combinación con el torque plano (instantáneo) del motor eléctrico y los neumáticos de cuestionable adherencia, suele tender a patinar si se pretende salir de parado intempestivamente.
En ciudad también se agradece lo mullido de las suspensiones (con amortiguadores reforzados para esta versión) y el generoso despeje de la carrocería (16,6 cm) que le permiten moverse como pez en el agua en superficies irregulares.
En contrapartida, el elevado centro de gravedad de la carrocería y sus trochas muy angostas lo hacen bastante inestable, desestimando cualquier idea de salir de excursión por rutas y autopistas. De todos modos, las propias limitaciones de la mecánica no invitan a aventurarse demasiado, ya que la velocidad máxima no supera los 130 km/h y es muy lento en las recuperaciones para realizar un sobrepaso.
Cabe destacar que este modelo cuenta con frenos regenerativos y un modo de conducción ECO que optimiza el rendimiento del motor en función de un mejor uso de la energía y cuidado de la autonomía: es por ello con esta función activada la respuesta del vehículo es menos ágil.
En cuanto a las distancias de frenado, hay que resaltar que el sistema (con tambores traseros) no respondió de manera muy favorable: para detenerse por completo desde 100 km/h el Kwid E-Tech necesitó de 49 metros.
Autonomía y recarga
Renault Argentina declara una autonomía de 298 kilómetros para el Kwid E-Tech de acuerdo con el ciclo de homologación WLTP (Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure). Sin embargo, en la vida real ese rango es sustancialmente menor.
Durante nuestras pruebas obtuvimos un consumo promedio de 13,6 kWh/100 km, es decir, un rendimiento en el orden de los 7,3 kilómetros por cada kWh, que si consideramos la capacidad máxima de las baterías (26,8 kWh) se traduce en una autonomía de 195 kilómetros: un rango más parecido al que publica Renault en Brasil (185 km) en función de un programa de etiquetado vehicular que rige en el país vecino. Nada mal para un vehículo destinado a la ciudad, pero sí muy limitado para otra finalidad.
El tiempo de recarga de las baterías varía según del cargador que se use, al igual que el costo de carga, que dependerá de la tarifa por ubicación geográfica. En esta oportunidad no accedimos a hacerlo en los considerados cargadores rápidos de algunas estaciones de servicio, pero cabe destacar que en esos casos el Kwid eléctrico sólo tolerará una potencia máxima de 31 kW, a pesar de que el tótem al que se lo conecte ofrezca mayor caudal (por lo general superior a 50 kW).
Junto con la unidad de prueba Renault nos entregó una tarjeta de membresía de la empresa Chargebox con la que la marca francesa mantiene una alianza estratégica en nuestro país y que dispone de una interesante red de “enchufes” en Buenos Aires y sus alrededores: en esos cargadores (de 22 kW de potencia) conseguimos recargar del 32 al ciento por ciento de las baterías en 53 minutos utilizando el cable Tipo 1 que viene incluido con el vehículo para estos menesteres.
Sin embargo, una crítica importante en este punto es que el Kwid E-Tech no viene de serie con el cargador de emergencia (adaptador T1-T2 que entrega hasta 2,2 kW) tal como ocurre con la mayoría de los autos eléctricos, y que tiene un costo aproximado de 780 dólares en el mercado.
Por una cuestión de facilidades para el test, nuestra unidad sí lo tenía y con este artefacto de uso hogareño tardamos once horas y media para recargar del 21 por ciento al ciento por ciento de las baterías: muy útil para salir del paso, pero poco práctico para resolver la logística diaria.
Desde Renault argumentan que la ausencia de este dispositivo como equipamiento de serie responde a que pretenden alentar a que sus clientes instalen un wallbox doméstico de Chargebox para mejorar la experiencia de uso del Kwid E-Tech, ofreciéndoles beneficios y descuentos en la compra e instalación de ese equipo, además de un año de seguro todo riesgo bonificado.
¿Es un auto popular?
En ningún mercado los autos eléctricos son más económicos que su equivalente con motor a combustión interna. En nuestro país no tiene competidores directos y tampoco se comercializa la versión naftera para poder establecer una referencia: según el precio sugerido por Renault al cierre de esta nota, el Kwid E-Tech vale 27.880.000 pesos, es decir, unos 25.200 dólares al “blue”.
No obstante, bien podemos señalar que el Kwid eléctrico es más caro que un Toyota Corolla Híbrido, un vehículo de prestigio global, mayor nivel de seguridad, tamaño y confort que el compacto de Renault. Indudablemente, ser amigable con el medio ambiente sigue siendo un gusto que pocos pueden darse y eso responde, entre otras cosas, al elevado costo que aún tiene esta tecnología por cuestiones de escala industrial.
Por supuesto valoramos que haya sido Renault nuevamente la marca encargada de ponerse a la vanguardia de la electromovilidad en nuestro país, en este caso en el segmento de mayor volumen de mercado. Eso, más temprano que tarde, tendrá un “efecto contagio” entre otras terminales y probablemente al haber mayor oferta estos modelos bajen de precio, factor clave para la propagación de los autos eléctricos.
El mejor ejemplo de eso es lo que sucede en Brasil con este modelo que se comercializa hace más de un año. Por entonces costaba exactamente el doble que la versión naftera, pero ante la invasión de autos compactos eléctricos (la mayoría oriundos de China), la marca del rombo se vio obligada a bajar drásticamente el precio del Kwid E-Tech para convertirlo en uno de los más accesibles de su categoría.
El tiempo dirá si esa lógica también aplica para la Argentina: mientras tanto, su compra está lejos de ser la más racional.
MIRÁ LA FICHA TÉCNICA CON EQUIPAMIENTO Y PRESTACIONES DEL RENAULT KWID E-TECH: