Qué chequear en el auto antes de salir a la ruta

Cada vez que se presenta un fin de semana largo son muchos los conductores que recorren el país haciendo trayectos prolongados. Para eso, el vehículo que conduzcan debe estar en las mejores condiciones. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Semana Santa es una de esas festividades que los argentinos aprovechan para salir de “minivacaciones”. Aunque sean pocos (fin de semana largo) aprovechan esos días feriados para tratar de bajar el nivel de estrés, en muchos casos haciendo turismo.

Realizar esa actividad demanda, para aquellos que la aprovechan a bordo de sus propios automóviles, una revisión de determinados puntos de la unidad que manejen de manera de disminuir las posibilidades de que suceda un evento inesperado.

No son tantas las revisiones que nuestro auto debe enfrentar, incluso alguna de ellas las puede llevar a cabo fácilmente el propietario. Estos son los principales puntos para verificar antes de emprender el viaje.

Chequeos en el auto antes de salir a la ruta

El más importante es el motor. Lo mejor es, por supuesto, visitar un taller mecánico. Sin embargo, hay algunos controles básicos que podemos realizar nosotros, como por ejemplo, chequear los niveles de los fluidos, como líquido de frenos, refrigerantes y el depósito del sapito. También el nivel del lubricante del motor que se almacena en el cárter. Se puede también chequear que no haya pérdidas (de aceite o grasa, por ejemplo), delatadas por lo general, por las manchas que esos fluidos dejan en el piso.

También es factible observar el humo del escape: una vez que el motor alcanzó la temperatura de funcionamiento, si el gas de la combustión es muy blanco, puede ser señal de algún desperfecto; lo mismo si es muy oscuro.

Ya que estamos en el vano motor, podemos aprovechar para chequear la batería. La mayoría de las baterías de los autos con motor a combustión (no nos referimos en este caso a las de los autos híbridos o ciento por ciento eléctricos) son del tipo de “libre mantenimiento” y tienen una vida útil de, aproximadamente, tres años. No obstante, es posible asegurarse de que no haya fugas del electrolito, que los bornes no estén sulfatados y que los cables estén en perfectas condiciones. Con el instrumental indicado se puede verificar también la entrega de energía, y la carga que le envía el alternador.

Chequeos en el auto antes de salir a la ruta

Las ruedas son clave. Recordemos que constituyen el único elemento que mantiene a nuestro auto en contacto con el piso y si están en malas condiciones la adherencia no será suficiente y se podrían generar patinamientos. Hay que chequear que las llantas estén en buen estado, sin golpes ni fisuras, y que los neumáticos mantengan en el margen de utilización adecuado. Por ley, la profundidad de los canales de evacuación de agua de las cubiertas no debe ser inferior a 1,6 mm.

Luego de esta revisión se impone la de la presión de inflado, la cual dependerá de la cantidad de ocupantes y equipaje que se transporte en el vehículo. Cada modelo tiene una especificación propia que está indicada en el manual del propietario o en, por ejemplo, la parte interna del parante B del lado del conductor. En algunos modelos aparece en la cara interna de la tapa de la boca de carga del tanque de combustible. No hay que olvidar la rueda de auxilio: tiene que estar en buenas condiciones y con la presión de inflado correspondiente.

Aunque es más difícil de apreciar, los conductores que no son expertos en mecánica pueden verificar el estado de las suspensiones. Por lo general, los amortiguadores tienen una vida útil cercana a los cinco años o 60 mil kilómetros, parámetros que dependen de cada modelo.

Chequeos en el auto antes de salir a la ruta

Si el auto en cuestión no está fuera de este rango y se ha utilizado de forma “normal”, no habría problema, pero si al circular aparecen algunas vibraciones o “tironeos”, pues es recomendable llevarlo al taller para que verifiquen el sistema. Muchas veces sucede que algún golpe puede sacar de su medida normalizada a la llanta y eso obliga a verificar el balanceo y, eventualmente, la alineación de dicha rueda.

No hay que descuidar la limpieza, especialmente cuando se trata de llantas de aleación: a veces, luego de atravesar una zona con barro, esa mezcla de agua con tierra se endurece al secarse y genera un peso extra que le quita el balance normal a la rueda.

Un tema vital, al que no siempre se le presta la debida atención, lo representan las luces. No solo hay que chequear que funcionen bien (posición, altas, bajas, de giro, balizas, antinieblas, de patente), sino que, además, deben estar limpias. Si, por ejemplo, los grupos ópticos principales están cubiertos por suciedad, no iluminarán correctamente para que podamos ver el camino cuando baja la luz natural del día.

Vale la pena recordar aquí que en las rutas argentinas es obligatorio el uso de las luces bajas de forma permanente. En algunas jurisdicciones alcanza con los led DRL, pero en otras no. Así que el consejo es: mejor encendélas.

Claro que en esta nota hacemos hincapié en los controles que debemos realizar en nuestro auto antes de iniciar el trayecto, pero no podemos dejar de recordar que un viaje seguro es aquel en el que también intervienen otros elementos: la documentación necesaria (registro y documento del conductor, cédula verde vigente y seguro) y los elementos obligatorios por ley (juego de balizas plásticas, matafuego y chaleco refractario).

Y, por supuesto, antes de poner el vehículo en movimiento, asegurarse de que el equipaje esté bien asegurado y que todos los ocupantes tengan el cinturón de seguridad abrochado.

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