El Ford Falcon es considerado un ícono, ya sea dentro de la marca del óvalo, como en el resto de la industria automotriz, incluso llegó a la final del Gran Premio Parabrisas para elegir el auto de los 60 años de la revista.
Más allá de ofrecerse en Estados Unidos durante un tiempo, en Argentina se mantuvo como uno de los preferidos durante casi 30 años, cuando cesó la producción en 1991.
Posterior a 1981, luego del paso a la inmortalidad de Torino, Falcon quedó casi en soledad como uno de los modelos de segmento superior, ya que Chevy se despidió con la retirada de General Motors en 1978; la familia Polara (Dodge) abandonó la línea de montaje en 1980; mientras que los autos de segmento D comenzaron a ganar protagonismo, como Sierra en el caso de Ford.
Sin embargo, Falcon le hizo frente a los efectos colaterales del mercado y gracias a distintos restylings pudo mantener un estilo moderno de acuerdo con los diseños y las tecnologías de la época.
En sintonía con los cambios que recibió el sedán del óvalo con el correr de los años, la cuenta de Instragram @fordsoloford publicó una imagen con las diferentes "trompas" que tuvo el Falcon entre 1962 y 1991, teniendo en cuenta las variantes Standard.
